domingo, 5 de diciembre de 2010

CAPITULO 21

Zoro y Robin corrían por todo el bosque. Zoro seguía a Robin muy de cerca, pero, a pesar de ello, alguna que otra vez se perdió. Robin consiguió suplirlo llevando al espadachin en volandas por los árboles del bosque con lianas y lianas de brazos que la arqueóloga era capaz de crear de la nada. Cuando llegaron a la cala donde estaba el barco anclado, se encuentran una imagen que les congeló la sangre. Un enorme calamar de varios metros estaba en la cubierta del barco, con Luffy inmóvil en uno de sus tentáculos, aunque luchando por liberarse. Nami estaba frente a aquel monstruo, aferrada a su "vara del tiempo", lista para el ataque.

- No tienes nada que hacer, insignificante muchacha,- reía jactancioso aquel monstruo -. Soy el capitán Tony "el Calamar", y tengo ese sobrenombre gracias al día en que me comí un calamar que se había comido una "fruta del diablo", y gracias a ello, tengo esta apariencia tan sobrecogedora. Y tú, pelirroja, ¿qué habilidad tienes? ¡Ninguna!,- vuelve a carcajearse -. Tú, para mí, no eres más que una simple hormiga a la que puedo derrotar aplastándola con uno de mis tentáculos.

A medida que hablaba, Tony "el Calamar" estaba deslizando uno de sus tentáculas por la base del barco, haciéndola aparecer por detrás de Nami, amenazando con golpearla. Debido a que estaba de espaldas al sol, el tentáculo la hizo sombra. Nami, al notarlo, se da la vuelta asustada, pero se queda inmóvil, viendo cómo caía el tentáculo con todo su peso sobre ella. Cierra los ojos. Nota como si la empujaran y al momento un golpe en su costado. Abre los ojos. Se ve tumbada en la cubierta a varios metros de distancia del capitán. El tentáculo no había llegado a caer del todo. Estaba quieto en el aire. Nami vio una hilera de brazos saliendo del tentáculo. Nami comprende y busca en los alrededores. No ve nada, tan sólo una sombra que sale de entre unos matorrales cercanos, saltando hacia el cielo. El inconfundible chirrido del acero afilado desenvainado precede al ataque de aquella sombra. Al fin, Zoro aterriza en la cubierta del barco, arrodillado, con dos de sus katanas en las manos, sosteniendo la tercera con la boca. El monstruo trata de derrotarle con sus tentáculos, pero los reflejos de Zoro son más rápidos y logra escapar varias veces. Nami sigue en el suelo, observando cómo, mientras Zoro pelea contra el capitán metamorfoseado, Robin, escondida en la cubierta, ayuda a Luffy a liberarse del tentáculo que lo apresaba con sus brazos emergentes.

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