sábado, 16 de octubre de 2010

CAPITULO 14

Luffy seguía sentado en el mascarón de proa, pero su cabeza se hundía. Se le notaba triste. No canturreaba como solía hacer siempre. No se le iluminaba el rostro con ninguna sonrisa. Nami lo notaba y se acercó a él. Le tocó el hombro. Luffy se vuelve. La tristeza, o más bien el aburrimiento, le había conquistado.

- Luffy, ¿estás bien?

Luffy la mira triste.

- ¿Qué te ocurre?

- Tengo hambre...,- logra responder lánguidamente. Nami le da un capón en la cabeza.

- Me habías asustado,- murmura la pelirroja con cierto enfado -. Cambiando de tema, ¿has visto a Sanji?,- Nami mira la cubierta del barco, buscando.

- Sí, hace un momento he hablado con él,- Luffy vuelve a la pesca.

- ¿Y qué te ha dicho?

- Nada. Tan sólo preguntó por Zoro. Cuando le dije que se había ido, sé quedo impresionado. Creyó que había abandonado la tripulación, pero no, se ha ido a la isla, con Chopper, Robin y Usoop. Y cuando me quise dar cuenta, se había ido él también.

Cuando Luffy se vuelve para mirarla, la ve observando la costa, absorta en sus pensamientos. Su rostro es totalmente apático, sin mostrar ningún tipo de sentimiento, de mueca. El joven pirata deja la caña y vuelve a la cubierta. El sonido de sus chanclas al saltar dentro del barco es el único sonido que rompe el silencio del momento, porque Nami no oye. No oye el caminar sereno de Luffy, no oye el suave romper de las olas en la costa, no oye el crujir de las maderas del barco mecidas por el mar, no oye a su propio corazón latir nervioso.

- ¿Estás bien?,- Luffy apoya su mano en el hombro de la navegante.

Recibe la callada por respuesta. Tan sólo la mirada fija de la navegante escudriñando el horizonte.

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