sábado, 13 de octubre de 2012

CAPITULO 36

- Cuando era niño, en el dojo, antes de convertirme en el lobo solitario que fui, un niño, dos años mayor que yo, me... me hizo algo muy parecido.

- ¿Qué me estás contando, Zoro? No... no lo sabía,- le abraza. Zoro no pudo evitar empapar el hombro de su amigo con su tristeza -. Lo siento mucho, Zoro. Perdóname.

- No, eres tú quien me tiene que perdonar. Sanji, escucha. Yo te amo desde el primer día que te vi, y desde entonces me prometí a mí mismo que mi mayor deseo era, es y será que seas feliz. Sé que eras feliz con Nami, y te juro por lo más sagrado que si fuera posible, daría mi vida porque Nami volviera. Pero no puede ser. Pero te prometo aquí y ahora que intentaré que seas feliz todos los días de tu vida, desde hoy mismo. Aquí tienes a un amigo fiel.

Silencio. Durante unos segundos Zoro mira a Sanji, quien mantenía el rostro bajo. Con tristeza, Zoro sale de la cocina.

- Zoro…,- murmura Sanji. Zoro se da la vuelta, ilusionado

- ¿Sí?

- No. Nada…,- responde el cocinero, avergonzado, tras unos instantes en silencio. Zoro vuelve a entristecerse.

- ¡Zoro!,- responde de nuevo Sanji. Zoro vuelve a girarse.

- ¿Sí?

- ¿De verdad estás dispuesto a cualquier cosa por hacerme feliz?

- ¡Cualquiera!

- ¿Te importaría…,- silencio -. Te importaría dormir conmigo esta noche? Aun echo mucho de menos a Nami, y meterme esta noche en esa cama, sólo…

- ¡Claro! ¡Lo que sea por ti!

- Pero como amigos, ¿eh?

El rostro de Zoro disfrazaba de mala manera cierto disgusto.

- Zoro, te recuerdo que a mí me gustan las mujeres. Me han gustado y me gustarán, pero he de reconocer que contigo me lo he pasado fenomenal. A Nami la he amado y la amaré con locura, era amor puro. Contigo no era más que sexo. Bueno… No simplemente sexo. Era sexo y amistad. Me he acostado contigo sobre todo por amistad. Creo que si me hubiera acostado con otro hombre, con algún desconocido, o con algún otro compañero, como Franky, o Luffy o… No, no habría sido lo mismo. Hay algo, un no sé qué, que me ha unido a ti de una forma tan especial desde el principio que… No sé… No sé explicarlo. Y, sin embargo, el sexo contigo me ha abierto nuevas puertas, nuevas sensaciones que creo jamás volveré a sentir si me llegara a acostar con otro. A mí me gustan las mujeres, pero, si tuviera que tener sexo con algún hombre, si no es contigo, no será con nadie.

Y sellan la paz con un gran abrazo.

- Sanji…,- murmura el espadachín a su oído. Se miran a los ojos -. Por los viejos tiempos…,- Zoro sonreía tímidamente. Sanji le responde sonriendo igualmente, cabizbajo y sonrojado, para acabar fusionándose en un sentido e íntimo beso.

FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario