jueves, 19 de agosto de 2010

CAPITULO 4

- Verás....,- la vergüenza hacía mella en la voz del cocinero. Estaba absorto en sus propias ideas. Tanto, que no dio importancia al racimo de manos que nacían de la nada para dejar el libro que estaba leyendo Robin en una estantería. Otras dos manos salieron del respaldo de la silla para relajar los tensos hombros del rubio muchacho.

- Tranquilo,- le dice Robin, impertérrita -. Sé lo que me vas a decir.

Sanji la mira sorprendido.

- ¿Lo... lo sabes?,- tartamudea él.

Robin afirma moviendo ligeramente la cabeza al tiempo que muestra una sonrisa cálida y relajante.

- No hace falta que te esfuerces en decírmelo,- continúa la arqueóloga -. Soy la mayor del grupo, y prácticamente sé lo que pensáis en cada momento. Os comprendo. Me siento como vuestra madre. Sanji, sé lo que me vas a contar. Es sobre lo ocurrido hace unas semanas, en la Isla del Volcán, ¿verdad? ,- el sonrojo aparece en las mejillas de Sanji al tiempo que éste vuelve el rostro, avergonzado -. Os vi. Sí, os vi a los dos. Y sé que tú piensas que aquello estuvo mal, porque sois amigos, y esa amistad que tanto os ha costado construir se pueda perder por una tontería, pero...

- ¡No fue ninguna tontería!,- Sanji se levanta tan rápido, que hace caer la silla al suelo. Robin se sorprende de su reacción -. Fue algo maravilloso. Fue increíble. Nunca antes viví algo tan inmenso en mi vida,- la mirada de Sanji brillaba como el sol -. ¿No lo entiendes, Robin? ¡Eso es amor!

- Lo comprendo, Sanji,- Robin se levanta para calmarle y le hace sentarse, mientras más manos nacen del suelo y levantan la silla -. Pero has de entender que no os conviene. A ninguno de los dos.

- ¿Y no crees que yo también lo he pensado? Pero aun así, creo que sigo enamorado... Trato de echarlo de mi mente, pero al poco vuelve, como un búmeran. Y creo que tengo el deber de hablarlo... No quiero perder su amistad.

- ¿Quieres oír mi consejo?,- Sanji le presta toda su atención -. Haz lo que creas conveniente,- y un nuevo racimo de brazos le acercan a la mujer otro libro.

- ¿Y ya está?,- Sanji no parecía muy convencido con la respuesta de su amiga.

- Es lo mejor que puedo hacer,- Robin empezó a leer su libro.

- Pero has dicho que nos viste... ¿No podrías interceder por mi?

- Sanji,- Robin no apartaba su mirada del libro -. No es asunto mío. Sería peor si me entrometiera, ¿no crees? ¿Qué pensaría...?

- Así que debo enfrentarme yo solo...,- Sanji la interrumpe, cabizbajo. Robin afirma con la cabeza, mirando a Sanji tiernamente. Éste se levanta, con cierta pesadumbre, y sale del camarote. Al salir, cierra la puerta, se apoya en la espalda, suspira, mira otra puerta, y se acerca a ella para abrirla.

1 comentario:

  1. :O
    yo pensaba que sanji tenia que confesarle algo a robin! no que iba a por consejo!
    :O

    ResponderEliminar