lunes, 30 de agosto de 2010

CAPITULO 7

Sanji cerraba los ojos. Se dejaba envolver en aquel aliento que tiempo atrás le hipnotizó, (con ayuda del alcohol). Viajó a través del tiempo, reviviendo aquella noche...

*Flash back*

Una gran hoguera, cuyas lenguas de fuego luchaban por alcanzar en vano el cielo, alumbraba sobremanera la playa. Los lugareños celebraron una gran fiesta en honor a aquella atípica tripulación de jóvenes que, con más maña que fuerza (y cierta ayuda sobrenatural), lograron derrotar a aquella banda de delincuentes y asesinos que llevaban años aterrándolos. Los habitantes de aquella isla llamada "del Volcán" ya sólo debían temer a la montaña que en cualquier momento escupiría la lava que durante siglos guardaba en su interior.

La noche avanzaba y Chopper, Usoop y Luffy seguían bailando divertidos, mientras sus espectadores reían y les acompañaban con aplausos rítmicos. Nami y Robin estaban sentadas, sonrientes. Sanji intentaba enamorar a todas las muchachas del pueblo, viendo que cada una era más hermosa que la anterior. Sin duda, el alcohol le ayudaba a ser más extrovertido. Pero la borrachera se le pasó pronto al darse cuenta de que algo fallaba en aquel cuadro. Faltaba una persona.

Abandonando la fiesta y adentrándose en la oscuridad de la playa, llegó hasta una roca que se elevaba sobre la orilla. La música se oía lejana, como un suave murmullo. Sanji vio una figura sentada sobre la roca, tomando grandes tragos de una botella. Era una noche cerrada, la luna apenas alumbraba, pero aun así Sanji pudo reconocer el pelo verde del sedentario.

- Zoro, ¿no te vienes a la fiesta? ¡Está en su apogeo!

Zoro no se mueve. Sanji se pone serio.

- Zoro... ¿Estás bien?

- Sí,- responde éste, secamente, sin volverse a su interlocutor.

- ¿Entonces?

- Quiero estar solo.

- ¿Seguro que no te pasa nada?,- Sanji comienza a escalar la roca para llegar junto a su amigo.


- Sanji, déjame sólo.


El cocinero se sienta a su lado.


- ¿Por qué esa cara? Ah... Es por la batalla, ¿no?,- Zoro callaba -. No te preocupes. Eran más diestros que nosotros. Mírame a mi...,- dice, levantando la pernera de su pantalón y mostrando un pequeño torniquete en su pierna -. Sin duda, Chopper es un gran médico.


- Pero eso no es más que un rasguño...,- murmura Zoro, sin dignarse siquiera a mirar las vendas de su pierna. Zoro se mira el cuerpo y acaricia las vendas que oprimen su pecho y su abdomen.


- Zoro, no te obsesiones,- le dice Sanji, posando su mano en su hombro -. Recuerda que acabaste herido de muerte en multitud de batallas. Y en muchas de ellas nuestros contrincantes eran más débiles que nosotros incluso.


Zoro vuelve el rostro. Un guerrero jamás revela sus sentimientos a nadie, ni siquiera a sus amigos. Ni siquiera a uno solo, en la más acogedora intimidad. Sanji le vuelve el rostro, pero Zoro quiere que la lágrima que nacía de sus ojos terminara de salir para que el cocinero no le viera, pero no lo logra y Sanji le retira la lágrima con el dedo.


- Zoro, tranquilo. Todo tiene solución.


- ¿Cuál, Sanji?


- La práctica. Sigue practicando tus ataques y tus técnicas y serás el mejor espadachín del mundo. Yo tengo fe en ti .- Zoro muestra una tímida sonrisa -. Hazlo por mí, por nuestros amigos, por Kuina.


Al oír ese nombre, Zoro mira fijamente la luna que sobre ellos se levantaba y termina por desplomarse sobre el hombro de su amigo, quien lo abraza tiernamente.

1 comentario:

  1. Ohhhh~
    Pobre Zoro y que mono Sanji... (puta debilidad la mía XD)
    Aitor, te dejo el fic que yo hice, no escribo tan bien como tú, pero... >///<
    Por si te apetece aburrirte un rato :D
    http://www.fanfiction.net/s/6252169/1/La_fruta_del_secreto

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